Voy a estudiar música
Hacía
tiempo que no escribía, y nada, quería y quería pero no veía el
momento ni me venía la inspiración. Pero es que el otro día me
puse de tan mala leche que, mirad, decidí gritar todo lo que tenía
que gritar por escrito, y que llegue donde tenga que llegar.
Resulta
que -ya me lo habían dicho antes, pero nunca mis padres- estábamos
comiendo tan tranquilamente como hace cualquier persona normal, en un
día normal, en una vida socialmente aceptada como normal. Todo
normal hasta ahora, ¿no? ¿Podéis entenderlo? Seguro que sí, que
estáis acostumbrados/as a estas cosas típicas.
Pues
nada, que yo estaba sentada (en una silla) con mi familia, en una
mesa, en el salón, comiendo un sabrosísimo potaje de estos que nos
gustan tanto, y resulta, resulta, resulta… que salió el famoso
tema de: ¿Y qué quieres hacer en tu futuro?.
Con
esto la gente se suele referir a: ¿Qué trabajo esperas ejercer en
ese futuro ideal para poder ganar el máximo de dinero posible y ser
lo que tus padres nunca hemos podido ser, para poder tener hijos e
hijas y una casa bonita, y un perrito de raza pura, y una tele de
plasma, y ropa cara, y cuadros sin ningún sentido que ni siquiera
entiendes pero que cuestan un ojo de la cara?.
Y
ahora, leed con atención, que puede ser que esto os quede grande o
se salga de vuestra concepción de “futuro”: YO VOY A ESTUDIAR
MÚSICA.
Y
ese es el momento en el que suele arder Troya, la mesa, los
tenedores... y tu paciencia.
“¿Música?
Y de qué esperas trabajar, ¿de profesora? Porque de otra cosa…”
A
ver, que quede claro, clarísimo como el agua, el cielo, el aire y lo
que os dé la gana: YO NO ESTUDIO MÚSICA PENSANDO EN EL TRABAJO QUE
PODRÉ ENCONTRAR EN UN FUTURO, ESTUDIO MÚSICA PORQUE ME GUSTA.
Y
te contestan con el “Ya, pero…” y es cuando tú debes
interrumpir con un “Ni peros ni peras.” Ni que la cosa estuviese
como para ir estudiando pensando en la posibilidad del dinero que
puedas ganar o las salidas laborales que tengan tales estudios, como
si no estuviese todo hecho mierda.
Más te vale estudiar algo con lo que realmente te sientas a
gusto, que no vivir amargada/o el resto de tu vida por ganar un
mísero sueldo que no te da ni para llegar a final de mes. De todas
maneras, difícilmente eso iba a cambiar, así que, ¿por qué no
llegamos a fin de mes con la mente un poco menos hecha polvo y una
sonrisa más ligera en la cara?.
No,
pero, amigas/os, esto no es todo… Mi cerebro estalla cuando alguien
me dice: ¿Qué quieres estudiar? Y yo respondo que música,
obviamente, y así, sin más, me suelta como si nada la típica
pregunta: ¿Entonces no quieres estudiar ninguna carrera?.
Os
explico una cosa, los músicos estudiamos (normalmente) desde que
empezamos la educación primaria, si compaginamos ambos estudios
relativos a la edad que tenemos. Las enseñanzas musicales tienen una
duración de 4 o 5 años (dependiendo del programa de estudio según
escuelas o asociaciones musicales) de elemental, que suelen
compaginarse con la primaria. Seguidamente los seis cursos de
enseñanzas profesionales (que te quitan tiempo hasta para respirar
en la dichosa secundaria y el infinito bachillerato) y los cuatro
últimos años de superior, más diversos másters que puedes
hacer si te viene en gana.
Otro
punto a destacar es que para poder hacer la prueba de acceso a las
enseñanzas superiores de música, te ponen como requisito tener el
bachillerato. Me explico: es como si estuvieses haciendo dos
bachilleratos a la vez. Súmale las horas que le tengas que echar a
tu instrumento o varios, los exámenes, ensayos hasta las tantas de
la noche, audiciones cada mes, recitales, conciertos, trabajos,
investigaciones, las noches en vela, las comidas a mitad de la tarde
o en el coche, nada más salir del instituto, el estrés, cansancio y
agotamiento a lo largo del año, y la
extenuación a final de curso. Sin embargo, también debemos
sumar las ganas, la pasión, la responsabilidad, la dedicación y la
vocación de hacer lo que a una/o le gusta.
Lo
bueno no quita lo malo, ni lo malo quita lo bueno. Pero lo hacemos
porque nos gusta. Y sí, aprendemos muchas cosas, trabajamos hasta
desfallecer y estudiamos como si nos fuese la vida en ello.
Multiplicadlo por dos.
Pues
esos son nuestros estudios, esa es nuestra carrera estudiantil, la
que nos cuesta conseguir toda la infancia y adolescencia.La que hemos
empezado desde pequeñajos y la que merecemos que nos reconozcan como
tal.
Quien
diga que la música no debe ser considerada como carrera, que se lo
haga mirar muy mucho, porque no tiene ni idea del esfuerzo que
supone.
Ahora
mucha gente dirá que lo hacemos porque queremos, claro que sí,
nadie ha dicho lo contrario. Pero nos merecemos lo que nos merecemos,
y punto.
Isabel
Alentado Garcia 1r. BAT.
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ResponEliminaMe parece muy bien tu punto de vista. Yo, a mis alumnos, les digo lo mismo. Ni se os ocurra meteros en bachillerato y luego a hacer una carrera si no es porque os gusta realmente y es vuestra pasión. Si no es así, acabareis amargados estudiando algo solo por un hipotético buen trabajo, léase bien remunerado, que al final os quemará y estresará.
ResponEliminaAdemás, me identifico con esa sensación cuando te preguntan qué quieres hacer. Yo respondía Bellas Artes y siempre tenía delante esa miradita de... ¿Y eso para qué? ¿Eso tiene salidas?
Tranquila. Disfruta el viaje y ya tendrás tiempo para preocuparte por el trabajo cuando llegue el momento